Nos encontramos en Castilla la Mancha.
Hemos dejado la Región de Murcia, y andamos por los campos de la Mancha, llenos de Molinos de viento,cultivos y monte.
Cada día, en la hora del recreo nos acercamos al monte. Por el camino vamos cogiendo flores silvestres y observando los almendros en flor, olivos y campos de cultivo de viñedos.
En el monte buscamos como un tesoro tomillo y romero, y con ellos nos hacemos infusiones y condimentamos los platos tipicos de la zona.
Uno de los platos es el gazpacho viudo, que aqui se condimenta con una planta ( rúcula, en el supermercado) que ellos llaman "oruga".
Me dió la receta una señora del pueblo, y mi sorpresa fué que al preguntar por ella en una tienda, me dijeron que no se vendía, que ellos la cogían del campo.
Hablo de la sorpresa que me llevé cuando un señor del pueblo que me había oído preguntar por la "oruga", se acercó al circo para traerme una bolsa recién cogida por él.
En Fuente Álamo, todo el mundo se desvive por agradar al visitante...todos sin excepción.
El primer día que llegué ya me sorprendió una chica que al preguntarle si sabía donde podía comprar pan ( eran ya las 8 de la noche pasadas) no solo me indicó la tiendecita abierta a esa hora, sino que me acompañó hasta ella.
otro detalle lo tuvo conmigo la peluquera, a la que le pregunté dónde podía comprar huevos recién puestos, y no dudó en traermelos ella de casa de una amiga.
Asi que mi estancia itinerante en Fuente Álamo, se ha ido conviertiendo en una estancia gastronómica manchega.
Hemos cocinado gazpacho viudo (con tortas recién hechas en la panadería y oruga del campo), gazpacho manchego (con tomillo recién cogido del monte), chuletas de cerdo criados por el comerciante, y huevos fritos recién puestos, mojados en pan de campo...una delicia.
Pero el mejor recuerdo que me llevo de este tranquilo pueblo de la Mancha, es la ambilidad de sus gentes, la gran tranquilidad que se respira y los bellos paseos por el campo junto al circo.
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